La Única Responsable

La Única Responsable

 

                                        La Única Responsable

 

Es bien sabido por propios y extraños, que la iniciativa legal para destruir el Poder Judicial corresponde a López Obrador. Ni dudarlo. De prosperar dicha reforma suicida, tendría como consecuencia la desaparición de la división de poderes para dar paso a la instalación de una nueva dictadura en pleno siglo XXI, como si la nación no conociera las terribles consecuencias de la extinción de una democracia y del aniquilamiento del Estado de Derecho.

De prosperar dicha reforma se estaría destruyendo el último pilar de nuestro sistema democrático y se estaría concentrando el poder absoluto en la persona de la presidente Sheinbaum. Claro que un congreso republicano podría controlar al titular del Poder Ejecutivo mediante leyes o juicios políticos y claro también que el Poder judicial podría declarar inconstitucional una ley emitida por el congreso y por supuesto, finalmente que el presidente podría vetar leyes, pero el congreso también podría insistir en su aprobación.

Si el Poder Judicial actúa como árbitro garantizando que el ejecutivo y el legislativo se desempeñen del marco constitucional y el primero desaparece, dicho en términos futbolísticos, válgase la digresión, los mexicanos jugaríamos partidas sin árbitros, la alternativa más eficiente para provocar el caos, desórdenes pavorosos y depredadores que ya hemos padecido a lo largo de nuestra dolorida historia y que, por ningún concepto quisiéramos volver a vivir. ¿A dónde vamos con un país en el que no se respetan los derechos de los ciudadanos y el destino de la nación depende de los estados de ánimo de un tirano? Basta recordar las fotografías de la rebelión cristera del gobierno callista, en donde nuestros compatriotas aparecían ahorcados de los postes telegráficos hasta perderse en el horizonte. ¿Más? ¿Qué tal aquello de fusílenlos y luego averiguamos? O, “ningún general mexicano aguanta un cañonazo de 50 mil pesos”, o “La moral es un árbol que da moras.”

Insisto, si López Obrador le heredó a Sheinbaum un desastre de país y ella insiste en continuar por la ruta de la devastación al extremo ya no solo de impedir a como diera lugar la votación del 1 de julio, sino de impulsarla para conducir al país al despeñadero, entonces la única responsable de un probable estallido de violencia, entre otras fatales consecuencias, al desaparecer el Estado de Derecho, sería ella y solo ella, de cara a la historia, en su carácter de primera presidente de la República, la única responsable de todos y cada uno de los daños. Sheinbaum jamás podría culpar al tal AMLO de lo ocurrido, pues habría sido precisamente durante su gestión que hubiera desaparecido la división de poderes, que hubiera continuado la fuga de capitales y la desconfianza de los inversionistas, que siguiera sin proteger la marca México, que no hubiera reparado el sistema educativo ni el de salud ni el de la seguridad pública.

Sheinbaum podría dar todavía un golpe de timón para evitar el naufragio de México con severas consecuencias para ella, al tratar de desmantelar a la 4T. Cárdenas despachó en 1936 a Calles rumbo a California con muy reducidos espacios de tiempo para que el “Jefe Máximo” pudiera recoger tan solo algunos efectos personales. Es claro que, de hacerlo, sería víctima de venganzas atroces de parte de los morenistas, pero la mayoría de los mexicanos la reconoceríamos como una heroína, todo lo anterior, si estamos de acuerdo en que la “Patria es Primero”.

En conclusión: a Sheinbaum le corresponde decidir en los próximos días como quisiera pasar a la historia, ¿cómo la dictadora que destruyó las instituciones republicanas construidas con grandes sacrificios por nuestros padres y abuelos y que, al aceptar la desaparición de árbitros civiles, propuso por la vía de los hechos, que los mexicanos volviéremos a resolver nuestras diferencias con las manos, o la valiente patriota que antepuso los intereses supremos de la nación a su posición personal para asegurarse no solo un lugar digno en la historia, sino el reconocimiento y agradecimiento de la sociedad al haber recuperado el camino a la libertad, a la evolución y al progreso.

Sheinbaum puede pasar ca la historia como la única responsable de la debacle que viene o la única gran heroína de la reconstrucción de México. Ella y solo ella, tiene la palabra...